La Personalidad Antropológica, Psíquica y Patológica del Delincuente

Actualmente el individuo justiciable no es mas que un maniquí viviente, sobre el cual el Juez pega el numero del artículo del código penal, preocupándose únicamente de una dosimetría penal , que debiera ser proporcionada a la falta de moral, según se pretenda haberla pesado en la persona del inculpado...El delito no puede considerarse como una simple contradicción entre la conducta humana y la ley penal, sino por el contrario es un acto muy complejo, derivado de causas internas que radican en la propia persona, y de causas externas que están en el ambiente. Cada individuo es distinto de los demás, su personalidad es la resultante de su constitución orgánica.
HECHOS QUE SE EVIDENCIA EN LA EXISTENCIA DEL FENÓMENO
Se puede evidenciar mediante el ambiente,y la sociedad lo que ya se ha dicho, son el ambiente y la sociedad el caldo de cultivo del delincuente, aunado a ello se adhiere la coexistencia de los intentos de destrucción y los de simpatía, y que al lado del potencial criminógeno se encuentra la virtud. En definitiva, en la naturaleza humana se encuentran ambas dualidades contradictorias, las cuales se rigen por dos leyes esenciales
La ley de la guerra
La ley de la Solidaridad
Ahora bien, la mayor peligrosidad del delincuente, podrá ser apreciada atendiendo a los siguientes preceptos:
1.
Su
personalidad antropológica y psíquica
Los antropólogos han aplicado el elemento de personalidad para reseñar unas conductas propias
como a modos de pensar y de sentir, y han utilizado la noción de cultura para exteriorizar estilos de vida,
ideas y valores que influencian el comportamiento y la vida mental de la gente. 2. A la gravedad del delito cometido
3. Capacidad de delinquir en la perpetración del delito.
Ahora bien, la mayor peligrosidad del delincuente, podrá ser apreciada se visualizamos ciertos preceptos o elementos intervinientes, tal seria el caso : de la personalidad antropológica y psíquica , a la gravedad del delito cometido, a su naturaleza ( medios de ejecución, el objeto, el tiempo y el lugar, la entidad del daño y la intensidad del dolo o el grado de culpa) y en este ámbito también convergen otros elementos determinantes, como lo son la situación psicosocial, la anomía, la anomía social, los rasgos de anormalidad patológica, los rasgos de anormalidad no patológica, los rasgos de personalidad estadísticamente normales o próximos a la normalidad. Como podemos observar existe una multiplicidad de elementos que originan y contribuyen a la complejidad y a la génesis de este fenómeno.
La interrogante fundada sobre si el delincuente nace o se hace es un viejo enigma histórico que la humanidad se ha venido planteando. En lo que atañe al punto de vista de la criminológica sobre el nacimiento del delincuente, esta se ha construido no específicamente por lo que la criminología ha construido como tal, más bien, aparece sustentando desde la antigüedad con significativos contribuciones de pensadores como Hesiodo, Protagoras, Heráclito, Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes juzgaron sobre la manera como se debería abordar el tema del origen de la delincuencia y su castigo
Antiguamente, se creía que ciertos factores influenciaban de manera causal y directa sobre el desarrollo de algunos problemas delincuenciales, sin embargo, con el pasar del tiempo, con el avance de estudios e investigaciones sea ido descubriendo que los factores coexisten, interactúan y son mediados por una gran diversidad de otras variables que intervienen en una cadena de causalidades del desarrollo de los comportamientos problemáticos.
La exigencia de sucumbir
y advertir la delincuencia dentro de una sociedad es uno de los argumentos de
mayor relevancia que ocupa a cualquier estado. Al repasar la historia de la
delincuencia de nuestras sociedades, nos damos cuenta que es muy dificultoso suponer
que algún miembro del grupo familiar no haya incurrido
en alguna forma de transgresión de la vida social en algún momento de su vida, que por muy insignificante que
esta pudiera ser, no deja de ser un hecho que atenta contra los valores éticos
y morales que debe disponer todo individuo. Esto nos lleva a la conclusión de
que nuestro país posee unas características bien particulares cuando se
profundiza y arroja un análisis de las razones que originan la delincuencia que
hoy día se trata. En la esfera Patria,
con el inicio del Segundo Milenio se vinieron presentando escenarios ya vividos
pero otros insospechados a todo nivel y en
menoscabo de una humanidad cada día más desorientada por la crisis. No es
exclusivamente la devaluación y el deterioro económico a nivel mundial, sino la
agregación de nuevos y más letales factores criminógenos, adheridos a las
desgracias suscitadas por los fenómenos naturales, que trae perjudiciales
consecuencias para el ser humano. Simultáneamente se exhibe un alto índice de
criminalidad, los homicidios, el aumento de la delincuencia juvenil, el robo de vehículos, la aparición de nuevas
conductas desviadas, como los huelepega, prostitución infantil y de
adolescentes, conductas esotéricas, homosexuales, drogadicción, trafico de
drogas, narcotráfico impune, delincuencia organizada y de bandas, grupos
alcohólicos, vagabundos, buhoneros, asaltantes, bachaqueros y movimientos
subversivos, asaltos a bancos, entre otras conductas delictivas. En
consecuencia de lo anterior expuesto debemos sumarle el problema que acarreó el
desplazamiento del campesino que se emigró sin rumbo fijo hacia las grandes
ciudades, aumentando el caos ya imperante, teniendo en cuenta que debido a la carencia
de planificación de urbanismos, estos tendrían que situarse en zonas
infrahumanas y con pocas medidas de seguridad e higiene, teniendo como desenlace
un gran porcentaje de miseria y de marginalidad en el país. . Agrega, Mármol León
(1999), en su planteamiento desde un punto de vista criminológico, que “todo
hecho tiene un origen y una causa”, los problemas sociales en
Venezuela han intervenido en el deterioro de la sociedad,por lo tanto se
pretende analizar La Personalidad
Antropológica, Psíquica y Patológica del Delincuente para que de alguna
forma se neutralice aquellos estímulos criminógenos de la personalidad del
individuo.
Abogada Msc. Mayela Pérez Supelano
Sin duda, el goce y disfrute de la cosa es un tema que desde tiempos remotos se tuvo en consideración por los problemas derivados de la pretensión que sobre ésta pudieran tener las partes que declaren interés en ella, y seguramente en algún momento de la historia, se presentaron injusticias por la usurpación de un derecho real, como el que plantea el texto contenido en el blog.
ResponderEliminarA propósito de esto, y para sustentar aún más la previsión hecha en el artículo Nº 115 de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, y el espíritu taxativo de la ley, es oportuno traer a colación a Thomas Hobbes, citado por Moya y Escotado (1980) cuando transcriben sus palabras de esta forma:
De esta igualdad de capacidades surge la igualdad en la esperanza de alcanzar nuestros fines. Y, por ende, si dos hombres cualesquiera desean un mismo bien que no puede ser gozado por ambos, devienen enemigos y en su camino hacia el fin (que es principalmente su propia conservación, y a veces solo su delectación) se esfuerzan mutuamente en destruirse o subyugarse [...]. Es por ello manifiesto que, durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los obligue a todos al respeto, están en esa condición que se llama guerra, y una guerra como de todo hombre contra todo hombre. (s/p) (1)
Tal y como puede apreciarse en esta apreciación, y a los fines de contar con la intervención de un poder que someta a las partes de una forma justa y objetiva, es condición sine qua non, que los derechos de cada individuo queden establecidos sin que exista ningún tipo de duda o margen para interpretaciones que lo perjudiquen; exactamente como está consagrado en la CRBV.
MARLENY L., RAMIREZ H.
C. I. V – 9342427.
SECCION T1
(1) Moya Y Escotado, (1980) Contrato Social. [en línea.] Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Contrato_social